junio 17, 2013

el regalo perfecto [ por Armando Q. (Perú)][Escritores Invitados]

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Escritores Invitados
por Armando Q. (Perú)
#cartasalhombredebigote


el regalo perfecto



Una chompa comprada con amor, sentimiento que como el sudor, brota por el cuerpo solo cuando es forzado. Mas no es algo que llegue a sentirse; en estos momentos leo mensajes en una pantalla, muros de unos cuantos miles que han salido de sus cuevas para escribir que el día de hoy es especial, pero los párrafos que leo, son algo llevado a lo cotidiano por estas fechas, un perfecto ejemplo, de cómo se gastan segundos, he incluso horas, queriendo mostrar un cuadro perfecto, mostrar lo que realmente se debe dar en la practica. Pero preferimos compartirlo con todos, y aquello es más que nada,  una vanidad. Un accesorio de lana que quiere borrar los errores, la falta de cariño, el desconsuelo, el fracaso. Un regalo que abruma al festejado, lo sorprende, lo hechiza, es como si borrase el casette de su memoria, en donde están los recuerdos de cuando por primera vez fue nombrado padre, y que ahora, ya con los años, verse en la escena de haber fracasado en el intento. Un accesorio que encuentra como ser ‘el mejor regalo del día’, solo porque el frío de Lima lo obliga a utilizar prendas gruesas. Que si no fuera por el pequeño detalle que algunos dictan y gritan al viento, que hoy es un día especial, es claro, que es, un día como cualquier otro. Yo no invento. Un día cualquiera.
Rechazo rotundamente convertir este día en un negocio de favores, un maniquí ahora muestra la sonrisa que no mostraba en años, agradeciendo los saludos, pero como han de ser las cosas, como las he de conocer, no hay nada porqué celebrar. Viendo aquellos pasajes de su existencia, decir el discurso del día, aquella espera de que pronto llegara el descanso, y que las personas que ahora se encuentran aquí, esperando una cena, serán más que nada, solo recuerdos, de un borrador.
He ahí el regalo que ahora aglomeran junto a muchos otros, de personas que creen que lo material los salvara del tiempo, que esa pequeña prenda, por su gran significado y peso, borrara sus faltas: los insultos, de cuando adolescente sentías odio por tu viejo; las lágrimas, cuando fuiste quien las provoco; las veces que no obedecieron, cuando las ordenes eran dadas por su bien; los días de soledad, junto a la ventana esperando el regreso de un hijo problemático; los concejos que desperdiciaron, cuando estos fueron dados por un hombre canoso, inacabable y pomposo, echando al viento su sabiduría, pero que no supiste escuchar. Unos cuantos intentan ser amables, otros pretenden que nada a pasado, y dan un abrazo al ser que les dio la vida, cual amigos de antaño. A no ser que esperan la estocada del comentario inoportuno, o la sentencia de que la herencia no se dictara este día. Luego todos se sientan, pero nadie habla, el silencio se apodera de la sala, y los comentarios que se escuchan: son para hablar de las canas, de lo mucho que ha envejecido el viejo, de cómo quiere este ser enterrado. De que si mármol o una cripta, que si flores o un Jarrón de cobre. Ya no hay años, como los que de niño, solo era entregar el dibujo perfecto, echo por las manos pequeñas de un hijo ilusionado, porque su padre, atesore en sus manos, un dibujo de colores vivos. Ahora ya no hay nada que haga volver aquella sonrisa. Mas solo el recuerdo, de que los días, fueron pasando, pero que los recuerdos, nadie se los quita.
Pero él sabe que no es porque no hubo oportunidad de hablar, no hubo voluntad de mi parte, el seguir sus concejos, sus palabras pasaron a un cuaderno que ahora perdí. Le estoy haciendo recodar de cuando era niño, pero su memoria ahora le falla, le encanta como el vaso de cebada exprime nuestras vidas, ya que el simple hecho de poder dictar el brindis del día, y dedicarlo a sus hijos, lo llenan de gloria y alegría, lo realzan como inmaculado, le entramos a las anécdotas, nos encontramos en nuestros cuentos, nos hacemos grandes, pero nunca mas, como para no poder seguir brindando que un día fue él, hijo, y que un día, seré Yo, con la preocupación del caso, Padre.



Feliz Día Papá, gracias por todo.