septiembre 13, 2013

Este no soy Yo [por Armando Q.] [Escritores Invitados]

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helmut soltau pintor

Este no soy Yo
por Armando Q.
Escritores Invitados
20min para escribir


Este no soy Yo

Este no soy yo, cogiendo un lápiz. Este no soy yo, creyéndome escritor. Este no soy yo, dejándome llevar por mi voz interior. Este no soy yo, escupiendo, vociferando, mintiendo, estrangulando a mis amigos y vecinos. Este no soy yo, prendiendo una vela; este no soy yo, despidiendo las penas. Este no soy yo, cogiendo el vaso con los dedos, la mano, y dando el primer sorbo de muchos. Este no soy yo, dejándome llevar por lo que me dictan las brazas de una relación enfermiza. Este no soy yo, despidiendo al extraño, mintiéndole al amigo, dándole un beso en la frente a mi Madre. Este no soy yo pretendiendo, creyendo, subiendo a un ómnibus, y sin saber cual es el trayecto, este no soy yo, sonriendo.

Miré por el agujero en la pared, y pude ver un cuerpo desnudo, era Rosa, la que ahora se ponía las medias, y cubría su piel con un vestido negro. Era viernes de Cubanada.
Mis manos contra la pared, mis uñas marcaban la pintura púrpura, me intrigaba en aquel entonces medirme con aquel guardián de sus sueños, me preguntaba porqué ella salía con aquel bastardo. Me preguntaba cuándo me saldría bello en el pecho, para así agradarle a Rosa, así con un bosque frondoso por debajo del mentón reclamar los viernes de Cubanadas, los sábados de gloria, los domingos de almuerzo en su terraza, los dos desnudos.
Pero nadie respondía mis preguntas, mi agonía duraría los siguientes tres años, hasta que por encomienda, llego a mi vida Dulce.
¡Que mujer! Dios cuando cuido en crearla, de seguro se sumergió en un catalogo para poder encontrar las medidas perfectas. Bendita mujer que con sus encantos dejaban a cualquiera enredado en pensamientos algo calientes. Pero nosotros no somos el del problema. El problema es ella, que no tiene piedad.
Dulce por aquel entonces era mayor que yo, pero aparentaba ser de la nueva generación, con su ojos claros, su piel canela, hermosa combinación, mejorada y alerta a las miradas de cocodrilos hambrientos. Me le mande a los tres meses que me la presentaron, un sábado por la noche en la fiesta de promoción, la invite especialmente para poder lucir aquellos encantos que escaseaba, conformándonos con los gorgojos que por aquel entonces caminaban entre las aulas de la institución. Pero no paso mucho tiempo para saber de mi error, Dulce no era de nadie. Mas aun cuando le aflojabas la cuerda, ya que era una mujer que no podía andar bajo el mando masculino, decidí mejor cortar por lo sano, me quede en aquel entonces con la mierda revuelta, así que me fui con Ursula, ella me andaba persiguiendo desde los trece años, pero como he de ser algo estupido por la carne de sobra, me deje llevar por sus pechitos pequeños, su cinturita de avispa, y sus labios carnosos, rojos, rosados, ya ni se, la verdad, eran una llamada al besuqueo te lo digo socio. Así era. Me acuerdo aquella vez cuando Yusepe, del último año, nos increpo por nuestra manera de mostrar nuestro cariño. Fue cuando Ursula me confeso que antes de estar conmigo, la jijuna no me espero nadita, le dio su flor a Yusepe. Tremenda mi sorpresa cuando me entere de que aquel demonio de antología, me destrono. Dejando aquellos pétalos con gotas de sangre. Maldita mi suerte, en cuanto a Ursula, creo que hice bien en dejarla a la semana. Me dije por aquel entonces que las mujeres eran problemas, que no podíamos estar sin ellas, ni ellas, dejarnos vivir nuestras vidas sin hacerlas miserables. Me encontré con aquella incógnita, que se hace un hombre cuando la mala suerte toca a su puerta. Habrá allá afuera una mujer para cada hombre, me encontrare con aquella flor que haya mantenido su aroma virgen, sus pétalos blancos, como las sabanas en la mañana, y que sepa hacer café del bueno. Pero nadie salio a responderme. Nadie me dijo siquiera que me encontraría por casualidad siquiera el clon, o el puchito de aquella morena que me vuelva loco, que me sepa amar siquiera por una semana, un año, unos veinte añitos, no me molestaría en verdad, que venga y me coja desprevenido, no me molestaría. Pero como siempre, uno debe de esperar, ya que las cosas no siempre son fáciles, así también es el amor, nos debe primero ver sufrir para después,  ser recompensados. Nada, aquí me quedo, tranquilito, bebiendo de la vida de aquellas macetas en donde se ven florecer rosas con espinas. No queda de otra papa.

Este no soy Yo, cogiendo el teléfono, extrañando cuando el teléfono sonaba, no cobradores, si no, los verdaderos amigos; este no soy Yo, preguntándole a las paredes porqué es que no hay nadie en este espacio libre; este no soy yo, controlando el minutero, este no soy yo, vociferando frente al espejo, de que porqué sigue quitándome los años. Es el tiempo, es el tiempo me dice la imagen reflejada, sonriendo. ¡Que payaso!